Lo que hay que ver

Hoy un amigo me contó una experiencia que vivió el domingo pasado un conocido suyo, al que llamaremos por ponerle algún nombre León. Son cosas que se saben que pasan pero que no esperamos nunca verlas en vivo y más con las libertades que hay para poder andar desnudo por muchos lugares públicos: campos y playas.

¿Que qué pasó? Pues seguirme que os lo cuento.

A eso de la una de la tarde estaba León dentro de su coche aparcado en una de las principales avenidas de Sevilla, mantenía una conversación fluida y agradable por el móvil con una ámiga, cuando vió acercarse por la acera a un tipo de unos cincuenta años que simulaba ser un tipo normal, no mal vestido, es decir, sin apariencia de "quinqui", aunque muy delgado. A este lo llamaremos tipo.

No obstante, se alarmó cuando vió que el tipo llevaba la bragueta del pantalón abierta. Creyendo que iba a orinar en la calle, a plena luz del día. Peor aún, cuando el tipo siguió andando y se acercó al coche, sin percatarse que él estaba en su interior. Pensó:

- ¡Ese H...P... se va a mear en el coche!

Pero no, no pasó eso. Veía al tipo como nervioso e intranquilo, mirando para muchos sitios y como esperando algo. De pronto el tipo se mete la mano en la bragueta y empieza a moverla dentro del pantalón y al poco rato se vuelve hacia una mujer que pasaba, sacándose lo que sabemos y enseñándoselo a la mujer, diciéndole a gritos, mientras se movía:

- ¡Mira!, ¡mira esto! !Mira lo que tengo!¡Tú mira aquíii!.

-A esto que León sale del coche y le grita:

- ¡Pero que haces H... de P...! ¡Ven aquí que te voy a coger y te voy a enseñar!

Cuando el tipo sorprendido porque no esperaba nadie en el coche, salió corriendo dando saltos y haciendo aspavientos, mientras gritaba.
-Perdona. Perdóname. Que no sabía lo que hacía.

León salió detrás del tipo mientras llamaba a la policia, a la que le dió la descripción por si podían hacer algo. Le dijeron que iban a ir por allí e intentarían localizarlo, aunque de todas formas, si eso no es a una menor no era delito. ¡Vaya pues sí que estamos bien!

León dejó la persecución en la que puso más empeño en espantarlo que en cogerlo porque pensó que si le daba un mal golpe, lo mismo encima tenía que pagarle la cura y una indemnización. ¡Qué así están las cosas!