lunes, 29 de septiembre de 2008

Relajación con las matemáticas


He probado la relajación mental que produce la resolución de problemas matemáticos sin demasiada complicación. Sí, estaba alterado de tanto trabajar toda la mañana con el ordenador. Dónde no se toca más que el ratón y el teclado; trabaja la vista y la mente, pero el resto del cuerpo y del espíritu, se encuentra sometido a esa servidumbre a que lo llevan ese tipo de trabajo.

Así que opté por distraerme un rato por Internet y encontré una página web llena de recursos para los profesores de infantil y secundaria, tocando todas las materias que ellos dan; así que entré en matemáticas, dentro de ella en álgebra de un curso de ESO, estuve leyendo sobre las fracciones, los números complejos, las permutaciones y las variaciones y resolviendo los problemas que ponían. Uno de ellos decía:

-Cinco deportistas corren una carrera todos llegan a la meta sin que haya empates, ¿en cuántas formas distintas pueden clasificarse en la meta?

Sería una permutación de cinco elementos:
P(5)= 5! = 5*4*3*2*1 = 120,
es decir pueden entrar de 120 formas diferentes.
¡Casi nada!

Pues haciendo varios problemas de este tipo me relajé un montón. Lo sabía desde que un día me lo comentó un jefe que tuve pero hasta hoy no lo había experimentado; entiendo también que será porque he estudiado bastantes matemáticas.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Situación cómica

El otro día, mientras estaba un rato en la piscina de burbujitas, veo al varón de una pareja alargar la mano y coger unas gafas de natación que estaban flotando en el agua sin dueño aparente. Al principio pensé que eran suyas, pero me dí cuenta que no era así cuando observé que buscaba a su dueño entre los que allí estábamos. Lógicamente no era de ninguno de nosotros.
Al lado hay una piscina de chorros de agua a gran presión, de esos que te aprietan bien fuerte en la zona que le ofreces, frecuentemente la espalda. Cuando miramos para allá vemos a un hombre que permanecía muy inclinado, con la cabeza muy cerca del agua, e intentando ver a través de ella. Cosa que es muy difícil por el movimiento que los chorros y las gotas producen en la superficie del agua.
Nos dimos cuenta que, con la fuerza del chorro, las gafas las había perdido él e intentaba encontrarlas en el fondo de la piscina. Con los ojos medio cerrados por el efecto del agua, parecía que no viese, sin embargo se esforzaba y persistía en su búsqueda. La pareja empezó a hacerle señales con los brazos y a llamarle para entregarle sus gafas, pero no había forma. No los veía, ni los oía y allá que seguía, en una posición muy incómoda, muy inclinado sobre el agua y sin encontrar sus gafas, mientras de nosotros se iba apoderando una risa que ya no podíamos aguantar. La situación duró lo suficiente para que en el momento que ese hombre se dio cuenta de lo que pasaba, estalláramos en una gran carcajada, jajaja, de esas risas que nos produce contemplar una situación ridícula.
El hombre se lo tomó a bien, cogió sus gafas y dio las gracias a la pareja.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Conciertazo


Ayer estuve en el concierto de Madonna que se celebró aquí en el Estadio olímpico. Fue espectacular, pleno de música, luces y colorido. Mucha gente y buen ambiente. Empezó algo más tarde de lo anunciado, a eso de las diez menos veinte de la noche y estuvo cantando dos horas en las que no paró de bailar y moverse. Esa mujer tiene una marcha sorprendente, no sé que comerá pero le da una energía descomunal. En los ratos que habló se le notó una voz sensual que no esperaba, me gustó mucho. Fue un acierto no dejar pasarlo.


Lo curioso es que entre las entradas que habían vendido había más gente de Barcelona que de Sevilla, quizás porque se acabaron antes las entradas del que mañana celebra en Valencia.



lunes, 15 de septiembre de 2008

Usar una pista de pádel

Estoy sorprendido. Un día más. Motivo. Quiero jugar al pádel en unas pistas públicas que han hecho en unas instalaciones deportivas de la Junta, que gestiona una empresa también pública. Allí, no hay forma de enterarse cómo poder usar esas pistas para practicar ese deporte. Se pregunta y nos dan cita para dentro de dos semanas, sin aclararnos que tendríamos que llevar ese día para no tener que volver otra vez. La persona que atiende dice no saber nada más del tema.
Si entro en la página web de la Empresa Pública esperando encontrar la solución, allí sólo aparece un enlace para reservar las pistas online, y un pdf aclarando las condiciones de uso de las pistas, pero no cómo hacerse usuario y obtener una contraseña para poder usar dicha reserva online, que aclara es la única forma de poder hacer la reserva. Fantástico, por ninguna parte se ve explicado como se consigue la condición de usuario, ni adonde acudir para solicitarlo. Son instalaciones públicas, ¿por qué pasa eso?

domingo, 7 de septiembre de 2008

Aquí de regreso.

Han pasado casi dos meses desde que decidí tomarme un pequeño respiro tecnológico, nada de Internet, nada de ordenadores. Y así ha sido, salvo por un par de conexiones a mediados de agosto. La verdad es que se puede vivir sin este pedazo de invento, pero es difícil acostumbrarse a estar sin él. Primero por dejar de usar el correo electrónico y no enviar ni recibir mensajes, segundo por no conocer que se dice en los blogs que seguía, tercero por sentir la ausencia del Google para buscar y resolver cualquier duda que me surgiera, cuarto por muchas otras cosas que ahora mismo no recuerdo pero que existen. Pero sin dudarlo me ha venido bien desconectar.

Pasé parte de mis vacaciones haciendo senderismo por el Norte, concretamente por Navarra, llegué también a Roncesvalle. El resto lo pasé en una playa en la costa de Huelva. Ha sido un verano suave de temperaturas en el que he disfrutado de unos paisajes preciosos al principio y del mar, del Sol, de la brisa del viento, de los paseos por la playa y de mi familia y amigos después. Quería un verano aislado y tranquilo y, por suerte, lo he conseguido.

La vuelta a mi trabajo fue, todo lo contrario, había allí un caos increíble porque nos habían cambiado de oficinas, todo estaba revuelto: muebles, equipos informáticos, teléfonos, documentos y archivos, y fue un gran jaleo organizarlo de nuevo, pero se consiguió y ya está todo más o menos en condiciones.

Después, a finales de la semana pasada se incorporaron tres nuevas compañeras a la oficina que vienen de las delegaciones de otras provincias, parecen muy majas, y ya, del tirón y sin pensarlo siquiera, nos fuimos con ellas tres, otro compañero del trabajo y yo, a celebrar su llegada. Lo pasamos genial, empezamos por irnos a almorzar juntos y terminamos tomando tapitas en un bar de la zona universitaria, previo paso por un local de baile y karaoke. Les avisamos que no piensen que eso sucede todos los días. Su respuesta fue que habría que repetirlo un día todas las semanas. Son entrantes y directas no está mal.