Hoy me encuentro sentado frente al ordenador, cuando al año 2007 le queda poco para acabar y no quiero que se vaya sin contar que otra vez voy a tener que aguantar a "la casi vecina". Nunca he hablado de ella porque dejé de encontrármela en el trabajo antes de comenzar este blog. Es una divorciada que tiene ya sus añitos, sus hijos criados y que no conduce, trabajaba y vivía lo suficientemente cerca como para solicitarme venirse conmigo más de una vez en mi coche, así muchas veces, siempre porque el autobús supone más tiempo, porque lo lejos que está la oficina de la casa, que si se había quedado en tierra, que si patatín que si patatán, el caso es que estaba feo negarse y transigía, eso me suponía fijar una hora para recogerla a la ida y otra a la vuelta con pérdida de mi independencia de movimientos, porque reconozco que no soy muy fijo en las horas de salir o entrar, para no caer en la rutina y el aburrimiento. A ella le salía gratis total el transporte, se me antojaba un poco "cara" que jamás propusiera pagar la gasolina a medias, era como digo un gratis total para ella, no solamente llegaba antes e iba más cómoda en coche, sino que no le costa un céntimo el ir y venir al trabajo. ¡Jo, qué bien, yo también quiero que me lleven así! Un día me mudé de oficina, la alegría fue doble porque al fin no tendría esa obligación que me había caido en lo alto. Así estaba hasta que antes de ayer me la encontré por la calle y me preguntó que yo dónde estaba ahora, y sorpresa mía, ¡oh no!, me dijo que a mediados de enero se cambiaba de oficina al mismo edificio en el que yo trabajo. Me preguntó que cómo se iba allí. Le expliqué dónde está el edificio, el número de autobús que para en la misma puerta y la parada en la que se debía bajar. Después de la explicación y del esfuerzo me sorprendió que pareciera no enterarse. Se lo expliqué otra vez, le desee feliz año y me despidí. Me pareció que pretendía ya que la llevase el primer día. Lo siento pero tengo que pensar que qué cara tiene. Buscaré alguna escusa para no caer en la misma rutina anterior. Hay autobuses que dejan en la misma puerta y a veces yo mismo los uso. Y esa es "la cuasi vecina aprovechá" que tendré que ver en el año que entra alguna que otra vez.
Y ya volviendo al día de hoy os deseo que vayáis muy guapos/as a la fiesta, que disfrutéis mucho y lo paséis de escándalo.
¡FELIZ AÑO NUEVO!